En el día de hoy, el Señor Arzobispo ha presidido la celebración de la Santa Misa en la Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas.
En este domingo III de Adviento, celebramos la alegría de la pronta venida del Señor en carne mortal, hecho hombre en el humilde portal de Belén. En esta alegría, se suaviza el color morado hasta convertirse en rosa, significando el centro del tiempo de Adviento y partiendo desde hoy a la recta final del camino hacia Belén.
Por todo ello, la alegría que significa la venida del Señor en medio de nosotros, no puede ser arrebatada ni siquiera por la presente pandemia, ni por las restricciones propias para encarar las fiestas navideñas, sino que ese gozo de tener al mismo Señor morando entre nosotros, es motivo de no ser turbados por las vicisitudes del momento.
Así, si San Pablo nos anima a orar y dar gracias a Dios, es porque eso precisamente es algo que nos debe llenar de gozo y paz interior, sin tener en cuenta todo lo accesorio.
En definitiva, dejemos al Señor llegar a nuestra vida, a que sea el Esposo de su Iglesia, a que disminuyamos mientras Él crece, tal y como hizo san Juan Bautista, y tal y como debemos nosotros de tomar como ejemplo.
Al termino de la celebración, ha tomado posesión el nuevo Hermano Mayor y Junta de Gobierno de la Congregación del Santisimo Cristo de la Fe Cristo de los Alabarderos, y María Inmaculada Reina de los Ángeles.
Pedimos al Señor y a su Santísima Madre, que les ayude en su cometido.
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