Sí en el Triduo se quiso destacar, por el capellán de la Base Aérea, Páter Carlos Vera, el papel de María como Reina del Universo, Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad y Madre de la Esperanza junto con la Asociación de Damas de Loreto, destacando su papel corredentor y salvífico finalizando el tiempo ordinario con la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo y comenzando el adviento como un tiempo de esperanza, en la celebración principal del día 10 se la quiso recordar como Puerta del Cielo y continuar la misma línea escatológica del Triduo, que en mitad del tiempo mariano del adviento que nos prepara para la Navidad con el Nacimiento del Salvador, María se presenta en esta fiesta como corredentora, lo que la diferencia de la Inmaculada, cuya celebración tiene lugar dos días antes.
Aquí María, se presenta como poderosa intercesora de los Aviadores, pilotos que se juegan la vida como guardianes del cielo, como hemos visto este año con tres lamentables bajas.
La Santa Misa estuvo acompañada por el Coro de san Agustín, quien entonó la Salve al acabar la celebración.
El acto militar con imposición de condecoraciones estuvo presidido por el coronel jefe de la Base Aérea y director del GRUEMA, Carlos María Bernardo Anaya, quien dirigió una alocución a los presentes destacando el trabajo profesional y la importancia de la intercesión de nuestra patrona.
Al acto asistió la subdelegada del Gobierno en Salamanca, el delegado de la Junta de Castilla y León, el alcalde de Salamanca, los alcaldes de Barruecopardo y San Felices de los Gallegos y la alcaldesa del municipio de Villagonzalo de Tormes, que pasa a ser miembro de la Asociación de Damas de Loreto de la Base Aérea de Matacán.