Luis León Muñoz nació en una familia cristiana, piadosa, caritativa y humilde, dedicada a labrar sus tierras. Era hijo de Miguel León Moreno y Josefa Muñoz Charquero, y le bautizaron en la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción de El Carpio a los tres días de nacer. Fue confirmado en ésta el 14 de mayo de 1895 por Mons. Sebastián Herrero, en visita pastoral a la localidad.
Al cumplir 12 años solicita ingresar en el Seminario de San Pelagio. Su padre redacta en su nombre la petición el 5 septiembre de 1900, y discierne su vocación: “Juzgando que su hijo Luis León Muñoz tiene vocación para el estado eclesiástico y deseando que a tal estado llegue”. El preceptivo informe del párroco dice de él que “ha observado y observa buena conducta moral y religiosa y es hijo de padres piadosos que cumplen perfectamente sus deberes de cristianos”, y solicita que sea admitido en la segunda sección pues sus padres tienen siete hijos y “difícilmente cubren las necesidades perentorias de su prole”.
Obtuvo en sus estudios eclesiásticos las máximas calificaciones, y animado por sus formadores al terminar tercero de Teología marcha al Seminario General y Pontificio de Sevilla para concluir su preparación al sacerdocio. Fue ordenado presbítero (a título de patrimonio) el 23 de marzo de 1912 en la Iglesia de Santo Domingo de Jerez de la Frontera (Cádiz) por Mons. Fray Máximo Fernández, OP, Vicario Apostólico de Tonkín (China), y el 12 de junio consigue el grado de Doctor en Teología “nemine discrepante”.
A la espera de su primer destino, queda adscrito a la Parroquia de su pueblo natal.
El 30 de septiembre de 1913 fue nombrado capellán del Convento de Santa Cruz de Religiosas Clarisas de Córdoba.
En enero de 1915 desempeñó la coadjutoría de la Parroquia de San Mateo de Villanueva del Duque; prepara oposiciones a capellán castrense y dirige la Preceptoría local de latín y Humanidades. Con permiso episcopal, se matriculó en el Instituto Cardenal Cisneros de Madrid, y obtuvo en 1916 el grado de bachiller en Ciencias y Letras. Para continuar opositando, solicitó permiso al Obispo para matricularse en la Facultad de Derecho Civil de la Universidad Central; le fue denegado porque “no ha lugar ahora a lo que pide”, indicándosele que volviese a la parroquia, lo cual cumplió obedientemente.
En 1917 es nombrado coadjutor de la Parroquia de Ntra. Sra. de Gracia de Montalbán, hasta que en 1922 consigue la plaza de capellán castrense, y cambia su título de patrimonio por el de servicio de la Iglesia. Se hizo socio de la Liga Nacional de Defensa del Clero y asistió con regularidad anual a los Ejercicios Espirituales.
En estos años cursa estudios de Derecho Civil en la Universidad de Granada, sirviendo como capellán castrense en varios lugares. Hasta 1927 estuvo destinado en la Guerra de África, pasando después al Regimiento “La Reina” de Córdoba, y luego al Ministerio de la Guerra en Madrid. En 1931 fue párroco en la parroquia castrense del Santo Ángel Custodio de Cádiz, hasta que, suprimido el cuerpo de capellanes castrenses en 1932 por la II República, pasó a residir en El Carpio. Sirve allí como sacerdote, y
además, obtiene del Obispo licencia para ejercer como abogado en los tribunales civiles y juez municipal de El Carpio (con determinadas salvedades).
Un escrito de don Joaquín Muñoz León, sacerdote y sobrino de don Luis, narra su muerte: “El 21 de julio se presentan mineros de La Carolina (Jaén) para adueñarse de El Carpio (…) cuando parecía que todo estaba tranquilo. Un hombre gritó “¿Qué hacéis?”. “El cura de los Leones está en su casa”. Seguidamente, aparecieron tres hombres con sus pañuelos rojos y obligaron a don Luis y a su hermana Dolores a poner las manos en alto. Registraron la casa y cogieron lo que encontraron. Inmediatamente les ordenaron que salieran con las manos en alto. Cuando llegaron al Triunfo, a la hermana le dijeron que se volviera (…) Llega a la plaza, y junto a las paredes del templo parroquial, el jefe ordenó la ejecución (…) El reo sacó su crucifijo y lo besa. Suenan los disparos, la víctima cae y aquella tierra, bañada en su sangre, sostiene durante 24 horas su sagrado cuerpo, para trasladarlo en el carro de la basura al cementerio al día siguiente. Lo tiran en la puerta y allí estuvo dos días más. Era el mes de julio”. Según su partida de defunción, fue el 24 de julio de 1936. Fue sepultado en el panteón familiar del Cementerio de El Carpio.
En el año 2014 se inauguró el Centro Parroquial, anexo a nuestro templo castrense con el nombre de “Centro Parroquial Padre Luis León Muñoz” en memoria y reconocimiento del que fuera nuestro párroco y que dio su vida por dar testimonio de la Fe en Cristo. Acogemos con gran alegría este decreto del Santo Padre y esperamos con ilusión la fecha de su beatificación para celebrarlo con júbilo.
Mónica Montero Ruso