1ª lectura: El hombre es justificado por la fe, sin obras de la Ley.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 3, 21-30a
Hermanos:
Ahora, sin la ley se ha manifestado la justicia de Dios, atestiguada por la Ley y los Profetas; justicia de
Dios por la fe en Jesucristo para todos los que creen.
Pues no hay distinción, ya que todos pecaron y están privados de la gloria de Dios, y son justificados
gratuitamente por su gracia, mediante la redención realizada en Cristo Jesús.
Dios lo constituyó medio de propiciación mediante la fe en su sangre, para mostrar su justicia pasando
por alto los pecados del pasado en el tiempo de la paciencia de Dios; actuó así para mostrar su justicia
en este tiempo, a fin de manifestar que era justo y que justifica al que tiene fe en Jesús. Y ahora, ¿dónde
está la gloria? Queda eliminada. ¿En virtud de qué ley? ¿De la ley de las obras? No, sino en virtud de la
ley de la fe.
Pues sostenemos que el hombre es justificado por la fe, sin obras de la Ley.
¿Acaso Dios lo es solo de los judíos? ¿No lo es también de los gentiles? También lo es de los gentiles, si
es verdad que no hay más que un Dios.
Salmo: Sal 129, 1-2. 3-4. 5
R. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto. R.
Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora. Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora R.
Aleluya Jn 14, 6bc
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Yo soy el camino y la verdad y la vida - dice el Señor -;
nadie va al Padre sino por mí. R.
Evangelio: Se le pedirá cuenta de la sangre de los profetas, desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 47-54
En aquel tiempo, dijo el Señor:
«¡Ay de vosotros, que edificáis mausoleos a los profetas, a quienes mataron vuestros padres!
Así sois testigos de lo que hicieron vuestros padres, y lo aprobáis; porque ellos los mataron, y vosotros les
edificáis mausoleos.
Por eso dijo la Sabiduría de Dios: “Les enviaré profetas y apóstoles; a algunos de ellos los matarán y
perseguirán”; y así, a esta generación se le pedirá cuenta de la sangre de todos los profetas derramada
desde la creación del mundo; desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que pereció entre el
altar y el santuario. Sí, os digo: se le pedirá cuenta a esta generación.
¡Ay de vosotros, maestros de la Ley, que os habéis apoderado de la llave de la ciencia: vosotros, no habéis
entrado y a los que intentaban entrar se lo habéis impedido!».
Al salir de allí, los escribas y fariseos empezaron a acosarlo implacablemente y a tirarle de la lengua con
muchas preguntas capciosas, tendiéndole trampas para cazarlo con alguna palabra de su boca.
1ª lectura: Lucas es el único que está conmigo.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4, 9-17a
Querido hermano:
Demas me ha abandonado, enamorado de este mundo presente, y se marchó a Tesalónica; Crescente a
Galacia; Tito, a Dalmacia; Lucas es el único que está conmigo. Toma a Marcos y tráetelo contigo, pues me
es útil para el ministerio. A Tíquico lo envié a Éfeso. El manto que dejé en Tróade, en casa de Carpo,
tráetelo cuando vengas, y también los libros, sobre todo los pergaminos.
Alejandro, el herrero, se ha portado muy mal conmigo; el Señor le dará el pago conforme a sus obras.
Guárdate de él también tú, porque se opuso vehementemente a nuestras palabras.
En mi primera defensa, nadie estuvo a mi lado, sino que todos me abandonaron. ¡No les sea tenido
en cuenta!
Más el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, a través de mí, se proclamara plenamente el
mensaje y lo oyeran todas las naciones.
Salmo: Sal 144, 10-11. 12-13ab. 17-18
R. Tus santos, Señor, proclaman la gloria de tu reinado.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.
Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R.
El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones.
Cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R.
Aleluya Cf. Jn 15, 16
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Yo os he elegido del mundo - dice el Señor -,
para que vayáis y deis fruto,
y vuestro fruto permanezca. R.
Evangelio: La mies es abundante y los obreros pocos.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 1-9
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos
los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Y les decía:
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni
sandalias; y no saludéis a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta
casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos
en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis
cambiando de casa en casa.
Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella,
y decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros”».
El jueves 28 de septiembre, la Unidad Militar de Emergencias de la isla de Tenerife realizó una marcha a la ermita de Machado, ubicada en el municipio del Rosario, con motivo de la festividad de su patrona la Virgen del Rosario, y que se celebró el pasado 7 de octubre.
La caminata comenzó a las 8 de la mañana en el Acuartelamiento de Los Rodeos, lugar en el cual la unidad tiene sus dependencias. Al cabo de dos horas, los participantes llegaban a la plaza de la ermita, siendo recibidos por el capellán castrense Marcos J. Albertos. Tras un descanso, todos pasaron a la ermita para participar en la Eucaristía en honor a su patrona, la Virgen del Rosario. En dicha Eucaristía, el páter los animó a seguir siendo caritativos no solo en el trabajo, sino en la vida social y familiar.
El domingo día 8 de octubre, a las 13:00 horas, se dio comienzo al curso de Catequesis de Primera Comunión, aprovechando para hacer una celebración en honor de los Santos Ángeles Custodios, por lo que se colocó en el Altar Mayor el cuadro del Santo Ángel con el niño, que se venera en esta Real Iglesia, para la celebración de la Santa Misa. Hubo un nutrido grupo de personas, ya que en este año para primero y segundo de Catequesis de Comunión, hay un total de 38 niños y niñas.
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Evangelio de hoy nos habla de un rey que prepara un banquete de bodas para su hijo (cf. Mt 22,1-14). Es un hombre poderoso, pero sobre todo es un padre generoso, que nos invita a compartir su alegría. En particular, revela la bondad de su corazón en el hecho de que no obliga a nadie, sino que invita a todos, aunque esta manera de actuar lo exponga a la posibilidad de ser rechazado. Fijémonos: prepara un banquete, ofreciendo gratuitamente una ocasión para encontrarse, para celebrar. Esto es lo que Dios prepara para nosotros: un banquete, para estar en comunión con Él y entre nosotros. Y nosotros, todos nosotros, somos por tanto los invitados de Dios. Pero un banquete de bodas requiere de nuestra parte tiempo e involucrarse: requiere un "sí": acudir, acudir a la invitación del Señor, Él invita, pero nos deja libres.
Este es el tipo de relación que nos ofrece el Padre: nos llama a estar con Él, dejándonos la posibilidad de aceptar o de no aceptar No nos ofrece una relación de sometimiento, sino de paternidad y filiación, que está necesariamente condicionada por nuestro libre asentimiento. Dios es muy respetuoso de la libertad, muy respetuoso. San Agustín utiliza una expresión muy bella al respecto, diciendo: "Dios, que te creó sin ti, no puede salvarte sin ti" (Sermo CLXIX, 13). Y ciertamente no porque no tenga capacidad -¡es omnipotente! - sino porque, siendo amor, respeta al máximo nuestra libertad. Dios se propone, no se impone, nunca.
Así, volvamos a la parábola: el rey -dice el texto- "envió a sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero éstos no quisieron venir" (v. 3). He aquí el drama de la historia: el "no" a Dios. Pero, ¿por qué rechazan los hombres su invitación? ¿Acaso era una invitación desagradable? No, y sin embargo -dice el Evangelio- "no les importó, y se fueron unos a su campo y otros a sus negocios" (v. 5). No les importa, porque piensan en sus propios asuntos. Y aquel rey, que es padre, Dios, ¿qué hace? No se da por vencido, sigue invitando, es más, amplía la invitación, hasta que encuentra quien la acepte, entre los pobres. Entre ellos, que saben que disponen de poco, acuden muchos, hasta llenar la sala (cf. vv. 8-10).
Hermanos y hermanas, ¡cuántas veces no atendemos a la invitación de Dios porque estamos ocupados pensando en nuestras cosas! A menudo luchamos por tener nuestro tiempo libre, pero hoy Jesús nos invita a encontrar el tiempo que libera: aquel tiempo para dedicar a Dios, que nos alivia y sana el corazón, que aumenta en nosotros la paz, la confianza y la alegría, que nos salva del mal, de la soledad y de la pérdida de sentido. Vale la pena, porque es bueno estar con el Señor, hacerle un espacio. ¿Dónde? En la Misa, en la escucha de la Palabra, en la oración y también en la caridad, porque ayudando a quien es débil o pobre, haciendo compañía a quien está solo, escuchando a quien pide atención, consolando a quien sufre, se está con el Señor, que está presente en quien padece necesidades. Muchos, sin embargo, piensan que estas cosas son "pérdida de tiempo", y por eso se encierran en su mundo privado; y eso es triste. Y esto produce tristeza. ¡Tantos corazones tristes por esto, por estar cerrados!
Preguntémonos, entonces: ¿cómo respondo yo a las invitaciones de Dios? ¿Qué espacio le doy en mis jornadas? ¿La calidad de mi vida depende de mis negocios y de mi tiempo libre, o más bien de mi amor al Señor y a mis hermanos, especialmente a los más necesitados?
Que María, que con un "sí" hizo espacio a Dios, nos ayude a no ser sordos a sus invitaciones.
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Después del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas:
Sigo con mucho dolor lo que sucede en Israel y Palestina. Pienso en tantos..., especialmente en los pequeños y en los ancianos. Renuevo mi llamado para la liberación de los rehenes y pido con fuerza que los niños, los enfermos, los ancianos, las mujeres y todos los civiles no sean víctimas del conflicto. Que se respete el derecho humanitario, especialmente en Gaza, donde es urgente y necesario garantizar corredores humanitarios y socorrer a toda la población. Hermanos y hermanas, ya han muerto muchísimos. Por favor, ¡que no se derrame más sangre inocente, ni en Tierra Santa, ni en Ucrania, ni en ningún otro lugar! ¡Basta ya! ¡Las guerras son siempre una derrota, siempre!
La oración es la fuerza suave y santa para oponerse a la fuerza diabólica del odio, del terrorismo y de la guerra. Invito a todos los creyentes a unirse a la Iglesia en Tierra Santa y a dedicar el próximo martes, 17 de octubre, a la oración y al ayuno. Y ahora recemos a la Virgen.
[Ave María]
Mi preocupación por la crisis de Nagorno-Karabaj no ha disminuido. Además de la situación humanitaria de los desplazados -que es grave-, quisiera hacer un llamado especial a la protección de los monasterios y lugares de culto de la región. Espero que, empezando por las Autoridades y todos los habitantes, puedan ser respetados y protegidos como parte de la cultura local, expresiones de la fe y signo de una fraternidad que hace posible convivir en la diferencia.
Hoy se publica una Exhortación apostólica sobre Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, titulada "C'est la confiance": en efecto, como dio testimonio esta gran santa y Doctora de la Iglesia, es la confianza en el amor misericordioso de Dios el camino que nos conduce al corazón del Señor y de su Evangelio.
Expreso mi cercanía a la comunidad judía de Roma, que mañana conmemora el 80º aniversario de la redada nazi.
Los saludo a todos ustedes, romanos y peregrinos de Italia y de muchas partes del mundo, especialmente a la Archicofradía del Gonfalone de Subiaco y al Club “Fiat 500” de Roma.
Saludo a los más de 400 jóvenes misioneros de “Nuovi Orizzonti” y de otras asociaciones y comunidades, que desde ayer y hasta el próximo domingo están comprometidos en la “Misión de calle” aquí en Roma, yendo a los lugares de encuentro de los jóvenes, a las escuelas, a los hospitales, a las cárceles y a las calles para anunciar la alegría del Evangelio. ¡Qué listos son ellos! Los apoyamos con la oración en su compromiso de escuchar el grito de tantos jóvenes y de tantas personas necesitadas de amor. Miro las banderas de Ucrania… no olvidemos a la atormentada Ucrania.
Les deseo a todos un buen domingo. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!
1ª lectura: Habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como Dios.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 1, 16-25
Hermanos:
No me avergüenzo del Evangelio, que es fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree, primero
del judío, y también del griego. Porque en él se revela la justicia de Dios de fe en fe, como está escrito: «El
justo por la fe vivirá».
La ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que tienen la
verdad prisionera de la injusticia. Porque lo que de Dios puede conocerse les resulta manifiesto, pues Dios
mismo se lo manifestó.
Pues lo invisible de Dios, su eterno poder y su divinidad, son perceptibles para la inteligencia a partir
de la creación del mundo a través de sus obras; de modo que son inexcusables, pues, habiendo conocido
a Dios, no lo glorificaron como Dios, ni le dieron gracias; todo lo contrario, se ofuscaron en sus razonamientos,
de tal modo que su corazón insensato quedó envuelto en tinieblas. Alardeando de sabios,
resultaron ser necios y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes del hombre mortal, de
pájaros, cuadrúpedos y reptiles.
Por lo cual Dios los entregó a las apetencias de su corazón, a una impureza tal que degradaron sus propios
cuerpos; es decir cambiaron la verdad de Dios por la mentira, adorando y dando culto a la criatura y no
al Creador, el cual es bendito por siempre.
Amén.
Salmo: Sal 18, 2-3. 4-5
R. El cielo proclama la gloria de Dios.
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra. R.
Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.
Aleluya Heb 4, 12ad
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
La palabra de Dios es viva y eficaz;
juzga los deseos e intenciones del corazón. R.
Evangelio: Dad limosna, y lo tendréis limpio todo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 37-41
En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo le rogó que fuese a comer con él.
Él entró y se puso a la mesa.
Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo:
«Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, pero por dentro rebosáis de rapiña y maldad.
¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro?
Con todo, dad limosna de lo que hay dentro, y lo tendréis limpio todo».
1ª lectura: Por Cristo hemos recibido la gracia del apostolado, para suscitar la obediencia de la fe entre los gentiles.
Comienzo de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 1, 1-7
Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para el Evangelio de Dios, que fue prometido
por sus profetas en las Escrituras Santas y se refiere a su Hijo, nacido de la estirpe de David según la carne,
constituido Hijo de Dios en poder según el Espíritu de santidad por la resurrección de entre los muertos:
Jesucristo nuestro Señor.
Por él hemos recibido la gracia del apostolado, para suscitar la obediencia de la fe entre todos los
gentiles, para gloria de su nombre. Entre ellos os encontráis también vosotros, llamados de Jesucristo.
A todos los que están en Roma, amados de Dios, llamados santos, gracia y paz de Dios nuestro Padre,
y del Señor Jesucristo.
Salmo: Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4
R. El Señor da a conocer su salvación.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.
Aleluya Cf. Sal 94, 8a. 7d
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
No endurezcáis hoy vuestro corazón
escuchad la voz del Señor. R.
Evangelio: A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 29-32
En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles:
«Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo
de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre
para esta generación.
La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los
condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón,
y aquí hay uno que es más que Salomón. Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta
generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y
aquí hay uno que es más que Jonás».
1ª lectura: Preparará el Señor un festín, y enjugará las lágrimas de todos los rostros.
Lectura del libro de Isaías 25, 6-10a
Preparará el Señor del universo para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos,
un festín de vinos de solera; manjares exquisitos, vinos refinados.
Y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el lienzo extendido sobre todas las
naciones.
Aniquilará la muerte para siempre.
Dios, el Señor, enjugará las lágrimas de todos los rostros, y alejará del país el oprobio de su pueblo - lo
ha dicho el Señor -.
Aquel día se dirá: «Aquí está nuestro Dios. Esperábamos en él y nos ha salvado. Este es el Señor en quien
esperamos. Celebremos y gocemos con su salvación, porque reposará sobre este monte la mano del Señor».
Salmo: Sal 22, 1b-3a. 3b-4. 5. 6
R. Habitaré en la casa del Señor por años sin término.
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R.
Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.
2ª lectura: Todo lo puedo en aquel que me conforta.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 4, 12-14. 19 20
Hermanos:
Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy avezado en todo y para todo: a la hartura y al hambre, a la abundancia
y a la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta. En todo caso, hicisteis bien en compartir
mis tribulaciones.
En pago, mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su riqueza en
Cristo Jesús.
A Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya Cf. Ef 1, 17-18
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
El Padre de nuestro Señor Jesucristo
ilumine lo ojos de nuestro corazón,
para que comprendamos cuál es la esperanza a la que nos llama R.
Evangelio: A todos los que encontréis, llamadlos a la boda.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 1-14
En aquel tiempo, volvió a hablar Jesús en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo:
«El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo; mandó a sus criados para
que llamaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar otros criados encargándoles que
dijeran a los convidados: “Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está
a punto. Venid a la boda”.
Pero ellos no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás agarraron a los
criados y los maltrataron y los mataron. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos
asesinos y prendieron fuego a la ciudad.
Luego dijo a sus criados:
“La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos,
y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda”.
Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del
banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no
llevaba traje de fiesta y le dijo: “Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin el vestido de boda?”.
El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los servidores:
“Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes”.
Porque muchos son los llamados, pero pocos los escogidos».
1ª lectura: Echad la hoz, pues la mies está madura.
Lectura de la profecía de Joel 4, 12-21
Esto dice el Señor:
«Que se movilicen y suban las naciones al valle de Josafat, pues allá voy a plantar mi trono para juzgar
a todos los pueblos de alrededor. Echad la hoz, pues la mies está madura; venid a pisar la uva, que el
lagar está repleto y las cubas rebosan.
¡Tan enorme es su maldad!
¡Muchedumbres, muchedumbres en el valle de Josafat!
Pues se acerca el Día del Señor en el valle de la Decisión.
Se oscurecen el sol y la luna, y las estrellas perderán su brillo.
El Señor ruge en Sión y da voces en Jerusalén; temblarán cielos y tierra. Pero el Señor es abrigo para su
pueblo, refugio para los hijos de Israel. Sabréis que yo soy el Señor, vuestro Dios que vive en Sión, mi santo
monte. Jerusalén será santa y los extranjeros no pasarán más por ella extranjeros.
Aquel día, las montañas chorrearán vino nuevo, las colinas rezumarán leche, y todos los torrentes de Judá
bajarán rebosantes.
Y brotará una fuente de la casa del Señor que regará el valle de Sitín.
Egipto será una desolación y Edón un desierto solitario, por la violencia ejercida contra Judá, cuya sangre
inocente derramaron en su país.
Judá será habitada para siempre y Jerusalén de generación en generación.
Vengaré su sangre, no quedará impune. El Señor vive en Sión».
Salmo: Sal 96, 1-2. 5-6. 11-12
R. Alegraos, justos, con el Señor.
El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y nube lo rodean,
justicia y derecho sostienen su trono. R.
Los montes se derriten como cera ante el Señor,
ante el Señor de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria. R.
Amanece la luz para el justo,
y la alegría para los rectos de corazón.
Alegraos, justos, con el Señor,
celebrad su santo nombre. R.
Aleluya Lc 11, 28
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios
y la cumplen. R.
Evangelio: Bienaventurado el vientre que te llevó. Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 27-28
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo:
«Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron». Pero él dijo:
«Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».
1ª lectura: El Día del Señor, día de oscuridad y negrura.
Lectura de la profecía de Joel 1, 13-15; 2, 1-2
Vestíos de luto, haced duelo, sacerdotes, gritad, servidores del altar.
Venid y pasad la noche en sacos, servidores de Dios, pues no hay en el templo de vuestro Dios ofrenda
y libación.
Proclamad un ayuno santo, convocad la asamblea, reunid a los jefes, a todos los habitantes del país en
la casa de vuestro Dios y llamad a gritos al Señor.
¡Ay del día!
Se acerca el Día del Señor, llega como ruina arrolladora.
Tocad la trompeta en Sión, gritad en mi monte santo, se estremecen todos los habitantes del país, pues
llega el Día del Señor.
Sí, se acerca, día de oscuridad y negrura, día de niebla y oscuridad, como el alba sobre los montes,
avanza un gentío innumerable, poderoso como nunca la hubo ni lo habrá tras él por generaciones.
Salmo: Sal 9, 2-3. 6 y 16. 8-9
R. El Señor juzgará el orbe con justicia.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
proclamando todas tus maravillas;
me alegro y exulto contigo,
y toco en honor de tu nombre, oh Altísimo. R.
Reprendiste a los pueblos, destruiste al impío
y borraste para siempre su apellido.
Los pueblos se han hundido en la fosa que hicieron,
su pie quedó prendido en la red que escondieron. R.
Dios está sentado por siempre
en el trono que ha colocado para juzgar.
Él juzgará el orbe con justicia
y regirá las naciones con rectitud. R.
Aleluya Jn 12, 31b-32
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Ahora el príncipe de este mundo va a ser echado fuera - dice el Señor -.
Y cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí. R.
Evangelio: Si yo echo los demonios con el dedo de Dios, es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 15-26
En aquel tiempo, habiendo expulsado Jesús a un demonio, algunos de entre la multitud dijeron:
«Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios».
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo:
«Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha
dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con
el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de
quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo
de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado
guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las
armas de que se fiaba y reparte el botín.
El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.
Cuando el espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por lugares áridos, buscando un sitio para
descansar, y, al no encontrarlo, dice: “Volveré a mi casa de donde salí”.
Al volver se la encuentra barrida y arreglada.
Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí. Y el final de aquel hombre
resulta peor que el principio».