El pasado martes se inició el nuevo curso escolar en el Colegio Menor Nuestra Señora de Loreto de Madrid.
Entre los actos a destacar que se celebró la Santa Misa a la que asistieron numerosos alumnos de los distintos cursos junto con sus profesores y personal que trabaja en el Colegio.
1ª lectura: El Señor os vivificó con él, y nos perdonó todos los pecados.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 2, 6-15
Hermanos:
Ya que habéis aceptado a Cristo Jesús, el Señor, proceded unidos a él, arraigados y edificados en él,
afianzados en la fe que os enseñaron, y rebosando agradecimiento.
Cuidado con que nadie os envuelva con teorías y con vanas seducciones de tradición humana,
fundadas en los elementos del mundo y no en Cristo.
Porque en él habita la plenitud de la divinidad corporalmente, y por él, que es cabeza de todo
Principado y Potestad, habéis obtenido vuestra plenitud.
En él habéis sido también circuncidados con una circuncisión no hecha por manos humanas mediante
el despojo del cuerpo de carne, con la circuncisión de Cristo.
Por el bautismo fuisteis sepultados con Cristo y habéis resucitado con él, por la fe en la fuerza de
Dios que lo resucitó de los muertos. Y a vosotros, que estabais muertos por vuestros pecados, y la
incircuncisión de vuestra carne, os vivificó con él, y nos perdonó todos los pecados. Canceló la nota
de cargo que nos condenaba con sus cláusulas contrarias a nosotros; la quitó de en medio, clavándola
en la cruz, y, destituyendo por medio de Cristo a las Potestades y los Principados, los exhibió en público
espectáculo, y los llevó cautivos en su cortejo.
Salmo: Sal 144, 1-2. 8-9. 10-11
R. El Señor es bueno con todos.
Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás. R.
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.
Aleluya Cf. Jn 15, 16
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Yo os he elegido del mundo - dice el Señor -,
para que vayáis y deis fruto,
y vuestro fruto permanezca. R.
Evangelio: Pasó la noche orando. Escogió a doce, a los que también nombró apóstoles.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6, 12-19
En aquellos días, Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también
nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe,
Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote; Judas el de Santiago y
Judas Iscariote, que fue el traidor. Después de bajar con ellos, se paró en una llanura con un grupo
grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén
y de la costa de Tiro y de Sidón.
Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban
curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.
1ª lectura: Nombrado servidor de la Iglesia para llevar a plenitud el misterio escondido desde siglos.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 24-2, 3
Hermanos:
Ahora me alegro de mi sufrimiento por vosotros: así completo en mi carne lo que falta a los padecimientos
de Cristo, en favor de su cuerpo que es la Iglesia, de la cual Dios me ha nombrado servidor, conforme
al encargo que me ha sido encomendado en orden a vosotros: llevar a plenitud la palabra de Dios, el
misterio escondido desde siglos y generaciones y revelado ahora a sus santos, a quienes Dios ha querido
dar a conocer cuál es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles: es decir, que Cristo es
para vosotros la esperanza de la gloria. Nosotros anunciamos a ese Cristo; amonestamos a todos,
enseñamos a todos, con todos los recursos de la sabiduría, para presentarlos a todos perfectos en Cristo.
Por este motivo lucho denodadamente con su fuerza, que actúa poderosamente en mí.
Quiero que sepáis el duro combate que sostengo por vosotros y por los de Laodicea, y por todos los
que no me conocen personalmente; para que se llenen de ánimo sus corazones y, estrechamente
unidos en el amor mutuo, alcancen en toda su riqueza la plena inteligencia y el perfecto conocimiento
del misterio de Dios, que es Cristo.
En él están encerrados todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
Salmo: Sal 61, 6-7. 9
R. De Dios viene mi salvación y mi gloria.
Descansa solo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
solo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré. R.
Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón,
Dios es nuestro refugio. R.
Aleluya Jn 10, 27
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz - dice el señor -,
y yo las conozco, y ellas me siguen. R.
Evangelio: Estaban al acecho para ver si curaba en sábado.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6, 6-11
Un sábado, entró Jesús en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano
derecha paralizada.
Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo.
Pero él conocía sus pensamientos y dijo al hombre de la mano atrofiada:
«Levántate y ponte ahí en medio».
Y, levantándose, se quedó en pie.
Jesús les dijo: «Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer el bien o el
mal, salvar una vida o destruirla?».
Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo:
«Extiende tu mano».
Él lo hizo y su mano quedó restablecida.
Pero ellos, ciegos por la cólera, discutían qué había que hacer con Jesús.
1ª lectura: Sí no hablas al malvado, te pediré cuenta de su sangre.
Lectura de la profecía de Ezequiel 33, 7-9
Esto dice el Señor:
«A ti, hijo de hombre, te he puesto de centinela en la casa de Israel; cuando escuches una palabra
de mi boca, les advertirás de mi parte.
Si yo digo al malvado: “¡Malvado, eres reo de muerte!”, pero tú no hablas para advertir al malvado que
cambie de conducta, él es un malvado y morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre.
Pero si tú adviertes al malvado que cambie de conducta, y no lo hace, él morirá por su culpa, pero
tú habrás salvado la vida».
Salmo: Sal 94, 1-2. 6-7. 8-9
R. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos. R.
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía. R.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masa en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras». R.
2ª lectura: La plenitud de la ley es el amor.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 13, 8-10
Hermanos:
A nadie le debáis nada, más que amor mutuo; porque el que ama ha cumplido el resto de la ley. De
hecho, el «no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no codiciarás», y cualquiera de los otros
mandamientos, se resume en esto:
«Amarás a tu prójimo como a ti mismo».
El amor no hace mal a su prójimo; por eso la plenitud de la ley es el amor.
Aleluya 2 Cor 5, 19ac
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo,
y ha puesto en nosotros el mensaje e la reconciliación. R.
Evangelio: Si te hace caso, has salvado a tu hermano.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18, 15-20
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si tu hermano peca, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu hermano.
Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca
de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la
comunidad, considéralo como un gentil o un publicano. En verdad os digo que todo lo que atéis en
la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en los cielos.
Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará
mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo
en medio de ellos».
1ª lectura: Dios os ha reconciliado para ser admitidos a su presencia santos y sin mancha.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 21-23
Hermanos:
Vosotros, en otro tiempo, estabais también alejados y erais enemigos por vuestros pensamientos y
malas acciones; ahora, en cambio, por la muerte que Cristo sufrió en su cuerpo de carne, Dios os ha
reconciliado para ser admitidos a su presencia santos, sin mancha y sin reproche, a condición de que
permanezcáis cimentados y estables en la fe, e inamovibles en la esperanza del Evangelio que habéis
escuchado: el mismo que se proclama en la creación entera bajo el cielo, del que yo, Pablo, he llegado
a ser servidor.
Salmo: Sal 53, 3-4. 6 y 8
R. Dios es mi auxilio.
Oh Dios, sálvame por tu nombre,
sal por mí con tu poder.
Oh Dios, escucha mi súplica,
atiende a mis palabras. R.
Pero Dios es mi auxilio,
el Señor sostiene mi vida.
Te ofreceré un sacrificio voluntario,
dando gracias a tu nombre, que es bueno. R.
Aleluya Jn 14, 6bc
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Yo soy la verdad y la vida - dice el Señor -
nadie va al Padre sino por mí. R.
Evangelio: ¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6, 15
Un sábado, iba Jesús caminando por medio de un sembrado y sus discípulos arrancaban y comían
espigas, frotándolas con las manos.
Unos fariseos dijeron:
«¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?».
Respondiendo Jesús, les dijo:
«¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus compañeros sintieron hambre?
Entró en la casa de Dios, tomó los panes de la proposición, que solo está permitido comer a los
sacerdotes, comió él y dio a los que estaban con él».
Y les decía:
«El Hijo del hombre es señor del sábado».
1ª lectura: Dé a luz la que debe dar a luz.
Lectura de la profecía de Miqueas 5, 1-4a
Esto dice el Señor:
«Y tú, Belén de Efrata, pequeña entre los clanes de Judá, de ti voy a sacar al que ha de gobernar
Israel; sus orígenes son de antaño, de tiempos inmemoriales.
Por eso los entregará hasta que dé a luz la que debe dar a luz, el resto de sus hermanos volverá
junto con los hijos de Israel.
Se mantendrá firme, pastoreará con la fuerza del Señor, con el dominio del nombre del Señor, su
Dios; se instalarán, ya que el Señor se hará grande hasta el confín de la tierra.
Él mismo será la paz».
Salmo: Sal 12, 6ab. 6cd
R. Desbordo de gozo con el Señor.
Porque yo confío en tu misericordia: mi alma gozará con tu salvación. R.
Y cantaré al Señor por el bien que me ha hecho. R.
Aleluya
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Dichosa eres, santa Virgen María,
y muy digna de toda alabanza:
porque de ti salió el sol de justicia, Cristo, nuestro Dios. R.
Evangelio: La criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 1, 18-23
La generación de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un
hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas
había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
«José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del
Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de
los pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por medio del profeta:
«Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa
“Dios-con-nosotros”».
El pasado viernes 1 de septiembre, el Regimiento de Artillería Nº93, perteneciente a la isla de Tenerife, y la Muy Antigua y Venerable Hermandad de la Sangre de Cristo y la Santa Cruz asistieron a una Eucaristía de acción de gracias oficiada en la capilla del Regimiento y celebrada por el capellán castrense Marcos Javier Albertos Albertos.
1ª lectura: Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino del Hijo de su amor.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 9-14
Hermanos
No dejamos de orar por vosotros y de pedir que consigáis un conocimiento perfecto de su voluntad
con toda sabiduría e inteligencia espiritual.
De esta manera vuestra conducta será digna del Señor, agradándole en todo; fructificando en toda
obra buena, y crecimiento en el conocimiento de Dios, fortalecidos plenamente según el poder de su
gloria para soportar todo con paciencia y magnanimidad, con alegría, dando gracias a Dios Padre,
que os ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del
dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino del Hijo de su amor, por cuya sangre hemos
recibido la redención, el perdón de los pecados.
Salmo: Sal 97, 2-3ab. 3cd-4. 5-6
R. El Señor da a conocer su salvación.
El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.
Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R.
Aleluya Mt 4, 19
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Venid en pos de mí - dice el Señor -,
y os haré pescadores de hombres. R.
Evangelio: Dejándolo todo, lo siguieron.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 5, 1-11
En aquel tiempo, la gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la palabra de Dios. Estando él de
pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores, que habían
desembarcado, estaban lavando las redes.
Subió a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde
la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:
«Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca».
Respondió Simón y dijo:
«Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra,
echaré las redes».
Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse.
Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles
una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto,
Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo:
«Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador».
Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces
que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros
de Simón.
Y Jesús dijo a Simón:
«No temas; desde ahora serás pescador de hombres».
Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
1ª lectura: La verdad del Evangelio llegó hasta vosotros y se propagó por todo el mundo.
Comienzo de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 1-8
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, y Timoteo, el hermano, a los santos y fieles
hermanos en Cristo que residen en Colosas: gracia y paz a vosotros de parte de Dios, nuestro Padre.
Damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, orando siempre por vosotros, al tener noticia
de vuestra fe en Cristo Jesús y del amor que tenéis a todos los santos, a causa de la esperanza que
os está reservada en los cielos y de la que oísteis hablar cuando se os anunció la verdad del Evangelio
de Dios, que llegó hasta vosotros. Este sigue dando fruto y propagándose por todo el mundo como
ha ocurrido también entre vosotros desde el día en que escuchasteis y comprendisteis la gracia de
Dios en la verdad.
Así os lo enseñó Epafras, nuestro querido compañero de servicio, fiel servidor de Cristo en lugar
nuestro. Él es quien nos ha informado del amor que sentís por nosotros en el Espíritu.
Salmo: Sal 51, 10. 11
R. Confío en tu misericordia, Señor, por siempre.
Yo, como verde olivo,
en la casa de Dios,
confío en la misericordia de Dios
por siempre jamás. R.
Te daré siempre gracias porque has actuado;
proclamaré delante de tus fieles:
«Tu nombre es bueno». R.
Aleluya Lc 4, 18
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado a evangelizar a los pobres,
a proclamar a los cautivos la libertad. R.
Evangelio: Es necesario que evangelice también a las otras ciudades, pues para esto he sido enviado.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 4, 38-44
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón.
La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le rogaron por ella.
Él, inclinándose sobre ella, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose en seguida, se puso
a servirles.
Al ponerse el sol, todos cuantos tenían enfermos con diversas dolencias se los llevaban; y él, imponiendo
las manos sobre cada uno, los iba curando.
De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban y decían:
«Tú eres el Hijo de Dios».
Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías.
Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar desierto.
La gente lo andaba buscando y, llegando donde estaba, intentaban retenerlo para que no se separara
de ellos.
Pero él les dijo:
«Es necesario que proclame el reino de Dios también a otras ciudades, pues para esto he sido enviado».
Y predicaba en las sinagogas de Judea.
1ª lectura: Murió por nosotros para que vivamos con él.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 5, 1-6. 9-11
Hermanos:
En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis que os escriba, pues vosotros sabéis
perfectamente que el Día del Señor llegará como un ladrón en la noche.
Cuando estén diciendo: «paz y seguridad», entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como
los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar.
Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, de forma que ese día os sorprenda como un ladrón;
porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas.
Así, pues, no nos entreguemos al sueño como los demás, sino estemos en vela y vivamos sobriamente.
Porque Dios no nos ha destinado al castigo, sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor
Jesucristo, que murió por nosotros para que, despiertos o dormidos, vivamos con él.
Por eso, animaos mutuamente y edificaos unos a otros, como ya lo hacéis.
Salmo: Sal 26, 1. 4. 13-14
R. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R.
Una cosa pido al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa del Señor por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo. R.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R.
Aleluya Lc 7,16
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Un gran Profeta ha surgido entre nosotros.
Dios ha visitado a su pueblo. R.
Evangelio: Sé quién eres: el Santo de Dios.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas, 4, 31-37
En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba
Se quedaban asombrados de su enseñanza, porque su palabra estaba llena de autoridad.
Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu de demonio inmundo y se puso a gritar con
fuerte voz:
¡Basta! ¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros?
Sé quién eres: el Santo de Dios».
Pero Jesús le increpó diciendo:
«¡Cállate y sal de él!».
Entonces el demonio, tirando al hombre por tierra en medio de la gente, salió sin hacerle daño.
Quedaron todos asombrados y comentaban entre sí:
«¿Qué clase de palabra es esta? Pues da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen».
Y su fama se difundía por todos los lugares de la comarca.